El
presidente Brasil Michel Temer, a poco más de dos semanas de abandonar el
Palacio de Planalto firmó la resolución que legaliza las apuestas deportivas en
ese país. Mientras los operadores se mostraron casi exultantes con la noticia,
porque auguran un futuro próspero de negocios y se están preparando para lanzar
todas sus naves al nuevo mercado, algunos datos están mostrando que a pesar de
la decisión del gobierno, va a pasar todavía algún tiempo para que las reglas
de juego de este mercado estén del todo claras.
El Diario del Juego
Es ley. Las apuestas
deportivas son legales en el Brasil y esto parece haber abierto la puerta al
juego luego de que durante todo el año hubo idas y vueltas, intentos de lobby,
discusiones sobre virtudes y problemas, sin que se llegara a ninguna definición.
Lo concreto del documento firmado en Planalto explica que las tasas que se
cobren del juego irán a parar al deporte, la cultura y la seguridad. Es ésta la
primera certeza que los jugadores y las autoridades de Brasil tienen, que ahora
existe un marco legal que deberá proteger al apostador de cualquier
inconveniente que pueda tener con el operador y que los dineros quedarán en el
país y no se fugarán fronteras afuera. Para decirlo de manera sencilla, el
mercado salió del gris.
A partir de ahora, el
gobierno brasilero deberá presentar el modelo de mercado en donde se va a
desarrollar esta industria, porque tiene un puñado de opciones y todavía, más
allá de los corrillos de apuestas fijas y tasas altas, no hay nada definido. En
uno de sus artículos el documento explica que “queda creada la modalidad
lotérica, bajo la forma de servicio público exclusivo de la Unión, denominada
apuestas de cuota fija cuya explotación comercial ocurrirá en todo el
territorio nacional” y en los parágrafos siguientes el documento explica que
estas apuestas serán sobre eventos deportivos reales, y que el apostador
conocerá el monto que va a ganar si acierta en su pronóstico. Asimismo, se
indica que las apuestas serán autorizadas por el Ministerio de Hacienda y se
podrán comercializar por canales físicos o virtuales. Esto último podría estar
dejando abierta la posibilidad para que los operadores puedan abrir quioscos
físicos de apuestas, aunque algunos analistas indican que se trataría de
establecer a las agencias de loterías como receptoras de apuestas.
Por otro lado, en materia de
tasas el gobierno estaría manejando dos opciones; la primera similar a la de
Reino Unido, con un impuesto sobre la renta de las empresas y el segundo pero
menos popular, crear una tasa sobre el monto apostado. Los análisis más
optimistas creen que el futuro gobierno de Bolsonaro, al tener una impronta
liberal, va a tratar de atraer a los operadores para que ingresen al mercado
brasilero de apuestas con condiciones que los beneficien y no con tasas
ridículas que los espanten. Pero todavía esto está en el terreno de la opinión,
pues el documento que firmó Temer deja abierta una serie de opciones, como queriendo
que las decisiones recaigan sobre el gobierno entrante.
Según se explica en los
círculos de apostadores profesionales de Brasil, lo más importante allende el
modelo es que ahora las apuestas están legalizadas y desapareció el fantasma de
la prohibición que era el verdugo al que más temían. Ellos entienden que la
escena brasilera de las apuestas deportivas viene creciendo hace ya un tiempo a
pesar de que la industria no estaba legalizada, lo que implica que ahora va a
crecer mucho más e incluso arriesgan que, en el futuro próximo, se va a
experimentar un boom de campeonatos de apuestas en la televisión abierta. Si
bien ésta es la visión de quienes viven de las apuestas, la realidad no está
muy lejos de esto ya que existen ya muchos portales de Internet y canales de
YouTube especializados en esta materia en Brasil.
Pero más allá del optimismo
de jugadores y operadores, aún no se tiene demasiado conocimiento de cómo va a
funcionar el mercado brasilero de las apuestas deportivas porque el gobierno
tiene un periodo de dos años para establecer un equipo que sea el responsable de
preparar una regulación y, como ya se ha señalado en varias oportunidades,
Brasil carece de personal formado para desarrollar esta tarea y debe establecerlo
desde cero. Sin embargo, algunos analistas creen que no se van a cumplir esos
dos años de plazo y que el gobierno le va a dar urgencia al tema para que a
mediados de 2019 la industria esté aceitada y funcionado.
Esta celeridad tiene una
explicación que va más allá de la apertura de Brasil a los juegos de azar. El gobierno
tiene la necesidad de conseguir recursos de manera urgente para ejecutar una
serie de nuevos proyectos y el estado se encuentra con unas arcas muy flacas en
la actualidad. Las apuestas deportivas aparecen como la mejor opción porque es
la fuente más segura de ingresos, simplemente porque a diferencia de casinos
físicos u otras opciones, el mercado ya existe. Incluso trascendió que el
documento firmado por Temer pasó por el Tamiz del futuro Ministro de Justicia y
Seguridad Pública, el juez del Lava Jato Sergio Moro.
Todo indica que el
conocimiento por parte del gobierno brasilero del tamaño del mercado de las
apuestas deportivas en el país sumado a la necesidad de dinero fresco permitió
la premura con la cual se aprobó su legalización. Por ahora, la mirada está
solamente puesta en los recursos que se van a generar y la distribución que se
va a hacer de ellos, pero nada dicen de cómo la industria va a funcionar. Se
espera que a partir del 1º de enero se ponga en marcha la maquinaria del
Ministerio de Hacienda para decidir qué camino va a tomar la regulación del
mercado brasilero de las apuestas deportivas.
Fabián Bataglia
Fabián Bataglia
El Diario del Juego
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