Informes recientes de la
empresa Quartz de análisis económico, están apuntando a la especulación de que
el magnate del Casino Sheldon Adelson, un íntimo amigo del Presidente Donald
Trump, está interesado en instalar un casino en Corea del norte. Según la consultora,
el razonamiento detrás de esta historia que en un país con el estigma
militarista como Corea del norte y su caricaturesco líder, realizar la
construcción de una empresa tan grandiosa estaría principalmente al servicio del
establecimiento de un futuro pacífico para el país.
El mundo fue testigo de la
casi fraternal reunión que realizaron el líder supremo de Corea del Norte, Kim
Jong Un y el presidente Donald Trump, en donde se deslizó el deseo del
mandatario norteamericano de convertir al país comunista en una especie de
destino vacacional. Para los analistas, la visión de una Corea del Norte
abierta a la llegada de contingentes de vacacionantes es parte de disminuir la
visión de un país agresivo que y mirar hacia un futuro pacífico sin el peligro
de una amenaza nuclear.

Como parte de esta movida de
cambiar la visión del país, hasta se realizó un video de dudosa legitimidad
para que el supremo líder quede medianamente convencido de que, abrir su país
al mundo es impulsar la economía y, por ende, va a resaltar la figura de Kim
como una especie de héroe de la historia. En el imaginario popular, el blondo
presidente norteamericano debe de haber convencido a Kim de que en vez de
apuntar sus cañones y misiles desde las playas, en ese lugar podrían
construirse hermosos condominios y tener, justo allí, los mejores hoteles del
mundo.
Esto puede ser un simple
recurso propagandístico, pero lo cierto es que el secretario de estado, Mike
Pompeo, visitó Corea del Norte para continuar discutiendo la desnuclearización
del país. A pesar de que le llovieron las críticas, el secretario afirmó que
tanto él como el presidente Trump creen que Corea del Norte podría seguir el
camino de Vietnam, cuya apertura en 1995 dejó abierta una puerta para los
intereses económicos de Norteamérica en la región, inclusive para los
empresarios del sector del juego, siempre ávidos de alcanzar nuevos mercados.
Es así que el inefable Trump
estaría tratando de mostrarle con el espejuelo del mercado a Kim Jong Un, otro
indecible, que la apertura vietnamita y la asociación con los Estados Unidos
sólo puede significar una cosa, un recto camino hacia la prosperidad económica.
En este extraño contexto, el empresario judeo-americano, Sheldon Adelson, a la
sazón un veterano de la guerra de Corea, aseguró en un evento de caridad
realizado en Israel, que espera que el presidente de los Estados Unidos consiguiese
que las relaciones con el “monarca” norcoreano estuvieses encaminadas, porque está
muy interesado en poder llevar a aquellas playas, sus negocios.
Es así como el empresario del
juego, con 84 años y una fortuna que supera los 40 mil millones de dólares,
está deseoso por aportar su grano de arena a una virtual apertura de la economía
norcoreana, ayudando al dictador con la construcción de un complejo de casino
en la paradisíaca costa de Wonsan-Kalma. Los deseos convertidos en
declaraciones de este empresario aún no son de carácter oficial y están aún en
el terreno de la especulación, sin embargo Adelson aseguró que de tener el
visto bueno, el resort soñado podría estar terminado y funcionando a mediados
de abril de 2019, con o sin casino. El octogenario empresario, lejos de pensar
en un retiro tranquilo en su mansión de Malibú, se abalanzó antes que ningún
otro sobre los pocos indicios que se dejaron entrever luego de la cumbre entre
los dos líderes, para tratar de convertir en realidad la especulación, antes de
que ésta se difume.
La amistad que uno a Adelson
con Trump también lo hacen el primero de los candidatos para ser uno de los
principales actores en la posible apertura norcoreana, aunque muchos especulan
que, a estas alturas tan tempranas, la propuesta del empresario del juego es
simplemente ridícula. Corea del Norte es un país literalmente cerrado al mundo
y, más allá de las loas que recibió Trump por su reunión con Kim Jung Un,
todavía las cosas están tan igual que antes de ella. Los acólitos del
presidente norteamericano señalan que está en un buen camino para un futura
apertura y que logró más que cualquier otro mandatario; pero por otra parte, la
realidad señala que el régimen norcoreano sigue siendo una brutal dictadura,
con un alto grado de inestabilidad regional, sin derechos humanos, con una
población sumida en un pobreza medieval y con líder supremo que supera
cualquier mente fantasiosa salida de los escritores de Hollywood.
Puede que sea una realidad
que el gobierno de Trump pueda contribuir a una solución pacífica entre las
Coreas, y tal vez albergue el sueño de conseguir el premio Nobel de la paz, a
pesar de que la política interna de los EEUU en contra de los hispanos
parlantes le estaría restando puntos. El concepto de la apertura de un casino y
hotel de lujo en un país dirigido por un personaje arcaico, sobreviviente de épocas
brutales, sólo cabe en la cabeza de alguien capaz de hablar de ello en el
ámbito de un alegre evento destinado a la caridad.
Fabián Bataglia
fabibataglia@gmail.com
Fabián Bataglia
fabibataglia@gmail.com
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