A menudo el
juego puede convertirse en una salida a un mundo de problemas financieros y
necesidades económicas. Las apuestas deportivas, las loterías y demás juegos de
azar populares, están desarrollando un hábito que va mucho más allá del
entretenimiento y se está transformando en una manera, la mayoría de las veces
frustrante, de tratar de paliar necesidades insatisfechas.
Hace unos días una noticia recorrió las páginas de
varios medios en el mundo: los venezolanos estaban volcándose de forma masiva a
un juego llamado los animalitos, una variación del famoso y centenario Jogo do
Bicho de Brasil. De esta manera, pequeños negocios se abarrotan de personas
eligiendo algún animal de su preferencia con la ilusión de que podrán salir, al
menos por algunos días, de la situación de extrema necesidad que están pasando,
dentro de una crisis económica que no tiene parangón en su historia.
Con la inflación más alta del mundo y con cada vez más
dificultad para conseguir alimentos básicos, las personas buscan en el juego o
en la bebida una forma de escapar de realidad, o de poder darse un respiro a
tanta dificultad. A pesar de no existir datos fehacientes sobre los números que
se manejan en el juego venezolanos, debido a que la mayoría escapa a la mirada
de la entidad reguladora, los empresarios que están detrás de del juego en
Venezuela, una mezcla de empresas privadas y autoridades regionales, aseguran
que los tiempo difíciles hicieron que el negocio sea más próspero que nunca.
Para la licenciada Carmen Rodríguez Salgado, psicóloga
de la Fundación para la Salud Mental de Buenos Aires, es casi imposible separar
a las prácticas de los juegos de azar de la suerte, ya que se asocia al ideario
de éxito sin esfuerzo. Incluso, ella resalta que todo lo asociado a la suerte y
al azar, está relacionado con una especie de fuerza sobrenatural que gobierna
los resultados y que va a anticipar que el individuo se sienta favorecido o
rechazado, por el agrado de los Dioses. “Es como desafiar al destino donde más
claro se ve que el juego de azar se transforma en un verdadero oráculo.
Representa en esencia lo irracional, lo que el hombre no puede manejar, lo que
está conectado con lo oculto y misterioso”, explica.
Lo real es que el juego, que nació como una diversión que se diferencia del trabajo porque no se debe cumplir con él de manera cotidiana y obligatoria, se ha convertido en un espacio donde las personas han elegido huir por diversos motivos, siendo las necesidades económicas uno de los más acuciantes de estos tiempos. Ya sea un desempleado que busca apostar para ganar dinero y comprar comida para su familia o un joven que se entrevera con apuestas deportivas en línea para poder solventar sus estudios, las personas se relacionan con el juego como un verdadero empleo, sin tener en cuenta que el azar es improductivo y la actividad desarrolla, incondicionalmente, un fuerte vínculo que puede transformarse rápidamente en adicción.
Lo real es que el juego, que nació como una diversión que se diferencia del trabajo porque no se debe cumplir con él de manera cotidiana y obligatoria, se ha convertido en un espacio donde las personas han elegido huir por diversos motivos, siendo las necesidades económicas uno de los más acuciantes de estos tiempos. Ya sea un desempleado que busca apostar para ganar dinero y comprar comida para su familia o un joven que se entrevera con apuestas deportivas en línea para poder solventar sus estudios, las personas se relacionan con el juego como un verdadero empleo, sin tener en cuenta que el azar es improductivo y la actividad desarrolla, incondicionalmente, un fuerte vínculo que puede transformarse rápidamente en adicción.
En la actualidad, muchas empresas de apuestas deportivas
se están instalando en países del África subsariana y, según la red de
servicios profesionales, PricewaterhouseCoopers (PwC), en su último informe
sobre el juego en África, identificó a Sudáfrica, Nigeria y Kenia como los
países africanos con los mercados más grandes y de más rápido crecimiento en ese
continente. Con una tasa de crecimiento promedio de 4 años del 6,93 por ciento,
el juego en estos tres países tendrá un valor de alrededor de 37 mil millones de
dólares en 2018.
Sudáfrica domina más del 90 por ciento de la cuota de
mercado de los juegos de azar en África subsahariana. PwC sitúa la facturación
total del juego en el país en 28.770 millones de dólares, de los cuales el 82
por ciento provienen de los 37 casinos en el país. El Bingo fue la categoría de
más rápido crecimiento en 2013 con un aumento del 58,9 por ciento, seguido por las
máquinas fuera de los casinos, en un 25,9 por ciento y las apuestas deportivas
en un 21,3 por ciento. Por su parte, aunque en un lejano segundo lugar, Nigeria
tiene el canon de crecimiento más rápido con una tasa del 7,7 por ciento,
A pesar de que en Kenia el juego es incipiente, es muy
accesible a todo el mundo y está creciendo muy rápido, aunque aún no a los
niveles de Nigeria. Están permitidas todas las formas de juego de apuestas, incluidos
juegos de azar en línea para móviles. Los trece casinos con licencia en el país
informaron que los ingresos aumentaron un 7,6 por ciento de 18,4 millones de
dólares en 2013, con una expectativa según PwC de aumentar un 6,8 por ciento,
25,6 millones en 2018.
Por otro lado, la empresas BtoBet está realizando
acuerdos para el desarrollo de plataformas móviles con compañías que están
trabajando en la expansión del juego online en África; la francesa Oulala
Games, que desarrolla deportes diarios de fantasía, hizo un acuerdo con la
empresa keniata Safaribet, uno de los líderes en apuestas deportivas en África.
La intención de estas empresas es desarrollar sus productos en toda África del
Este, en mercados como Uganda, Tanzania y Ruanda, porque el rápido crecimiento
del juego en estos países significa un importante desarrollo económico para las
empresas.
Sin embargo, lo que es beneficio para algunos, es un
costo social para un gran sector. Como en la Venezuela de Maduro, la pobreza
endémica y las altas tasas de desempleo de los segmentos más jóvenes en África,
hacen que muchas personas se inclinen al juego como una salida a sus alicaídas situaciones. Mientras los gobiernos explican que la expansión del juego ha
creado miles de necesarios puestos de trabajo, los especialistas africanos
señalan que las tasas de adicción al juego se han disparado en Sudáfrica, así
como los problemas que devienen de esto en materia de relaciones familiares, salud
y trabajo.
Fabián Bataglia
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