Entrevista a Ángel Turbi de la Universidad Católica de Valencia
Por Fabián Bataglia para el Diario del Juego
En
España, las apuestas en línea fueron legalizadas en 2012 y desde entonces no
han parado de crecer. Concretamente, los analistas señalan que este incremento
se debe a la proliferación de dispositivos móviles en los sectores más jóvenes
de la población. Según el psicólogo Ángel Turbi, director del Máster
universitario de Educación y Rehabilitación de Conductas Adictivas de la
Universidad Católica de Valencia (UCV), en España las apuestas on-line
aumentaron de forma alarmante en lo que va de este año, tanto en los hogares
como en las aplicaciones de dispositivos móviles, poniendo en peligro de caer
de adicción a un vasto segmento de la sociedad española.
Según explica el profesor de la UCV, uno de los problemas es que este
tipo de dispositivos tecnológicos en concreto, pueden hacerse desde cualquier
lugar, las 24 horas del día. “Para aminonar este tipo de adicción, tenemos que
crear conciencia en primer lugar, sensibilizar a la sociedad en general de sus
riesgos y, principalmente, a los más jóvenes desde una prevención específica.
También, tenemos que educar a la población en el uso responsable de las nuevas
tecnologías”, explicó.
Sin embargo, parece que al ser un negocio tan rentable para todos los
sectores involucrados y generar ingresos importantes al fisco, el tema del
juego patológico ha hecho tomar conciencia real a las autoridades españolas. Si
bien, Turbi explica que desde los organismos oficiales del gobierno español sí
se tiene en cuenta el problema de las adicciones y por ende de la ludopatía,
“estamos en un inicio y no hay aún conciencia. Es más problemático luchar en
contra de la economía que mueve este tipo de apuestas, como es la publicidad en
diferentes medios”. Para el psicólogo, lo primordial para comenzar a dar
respuesta a este problema es sensibilizar a la sociedad luchando contra el
bombardeo publicitario continuo, por lo que para él va a ser una “tarea ardua y
compleja”.
Para el, uno de los problemas más graves es que deben afrontar en ese
momento es el ingreso de menores a los casinos en línea y a los sitios de
apuestas deportivas, por lo que existe una fisura en el sistema de seguridad
para salvaguardar la integridad de esta parte de la población. Con relación a
este tema, un estudio realizado por la universidad de Valencia (UV) y la Fundación
Codere, dio cuenta que el 20 por ciento de los jugadores españoles son menores
de 18 años. Turbi explica que es menester de la Administración Pública velar
porque se cumpla la normativa que prohíbe jugar a los menores y que “porque
desde un dispositivo con acceso a Internet es más difícil hacer cumplir la ley,
es de suma importancia educar a los más jóvenes sobre el uso responsable de los
dispositivos”.
El catedrático explica que los jóvenes son conscientes de los problemas
que acarrea la adicción al juego en sus formas más clásicas, como las
tragamonedas, pero no ven los mismos riesgos en las apuestas deportivas. Para
Turbi “aquí nos encontramos con la problemática de los juegos en línea, porque
es un desarrollo más rápido, por un lado por la facilidad del juego y el poco
dinero necesario para jugarlo, y por el otro que el deporte es visto de forma
positiva. Su afición hace que más y más gente se acerque a este tipo de
apuestas, con el riesgo de estar expuesto a la tentación las 24 horas”. Para él
lo más acuciante es que es que no hay conciencia de riesgo aún, porque todavía
está en un auge muy reciente. Cabe destacar que según expertos en las causas de
ludopatía, los usuarios de juegos presenciales tardan entre 5 y 7 años en
desarrollar la patología, mientras que lo asiduos a los juegos por Internet,
sólo un año y medio.
Los bombardeos publicitarios de las casas de apuestas en camisetas
deportivas parece ser uno de los problemas que los estudiosos del tema quieren
acotar. Para Turbi, el patrocinio de las casas de apuestas y de estrellas
deportivas con relación al juego necesita de una regulación, pero asegura que
es un tema muy difícil de abordar por la cantidad de dinero que reporta a los
medios de comunicación y a los clubes deportivos. “Desde mi opinión aún va a
pasar algún tiempo para que esta regulación se dé, tal como pasó con el tema de
la publicidad de alcohol y tabaco”, explica.

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