A menudo el juego puede convertirse en una salida a un mundo de problemas financieros y necesidades económicas. Las apuestas deportivas, las loterías y demás juegos de azar populares, están desarrollando un hábito que va mucho más allá del entretenimiento y se está transformando en una manera, la mayoría de las veces frustrante, de tratar de paliar necesidades insatisfechas. Hace unos días una noticia recorrió las páginas de varios medios en el mundo: los venezolanos estaban volcándose de forma masiva a un juego llamado los animalitos, una variación del famoso y centenario Jogo do Bicho de Brasil. De esta manera, pequeños negocios se abarrotan de personas eligiendo algún animal de su preferencia con la ilusión de que podrán salir, al menos por algunos días, de la situación de extrema necesidad que están pasando, dentro de una crisis económica que no tiene parangón en su historia. Con la inflación más alta del mundo y con cada vez más dificultad para conseguir alimentos básic...